16 octubre 2015

Historia de las Máquinas Arcade (y VII)

Con el comienzo del nuevo siglo los arcades en occidente han perdido la batalla. El auge de consolas caseras potentes, con capacidades ya equiparables a las de las máquinas recreativas, ha inclinado la balanza definitivamente y los recreativos van cerrando progresivamente, o convirtiéndose en negocios centrados en las máquinas tragaperras.

Los locales asiáticos, en cambio aguantan aún, como herencia de una cultura que tiene a los videojuegos aún muy presentes. El hecho de que la mayoría de grandes empresas de videojuegos sean japonesas es una razón más para que los arcades sigan estando presentes en esas tierras, con cadenas pertenecientes a Taito o Sega teniendo aún un lugar privilegiado.

Un último giro radical al estilo de los videojuegos arcade cambia radicalmente el foco de la acción para centrarlo en el jugador, no la máquina. Son los juegos musicales, donde Konami es el rey.



Las compañías lanzan nuevas plataformas como la Naomi de Sega en 1998, basada en un hardware muy similar al que tendría la consola Dreamcast, lanzada un año después.


En 2000 aparece una de las consolas más exitosas de todos los tiempos, la PlayStation2, de la mano de Sony, contribuyendo al ocaso de los recreativos aún más. En el año 2001, Microsoft entra también en el terreno de las consolas caseras con su Xbox de primera generación. En 2001 Nintendo lanza Gamecube.

Atari, por su parte se convierte en Midway Games West y cierra la división de desarrollo de juegos arcade, en 2000. En 2001 Capcom deja de producir máquinas arcade.

Con la intención de nuevo de generar nuevas experiencias en los recreativos, difíciles de reproducir en casa, las empresas de desarrollo de juegos arcade se afanan por buscar una nueva fórmula. Es Konami, en 1997 la que lanza un tipo de juego del todo distinto a lo que se había visto hasta el momento: Beatmania. El objetivo del juego es ir repitiendo patrones relacionados con una canción a medida que estos van apareciendo por la pantalla.



La rapidez, coordinación y precisión en el instante en que se pulsan los botones adecuados es la base del juego.

Pero sin duda, el juego que rompió con todo lo anterior y que llevó a los juegos musicales a un nuevo nivel fue Dance Dance Revolution, cuya primera versión salió en 1998, también de la mano de Konami. La dinámica del juego seguía basada en repetir unos patrones concretos, pero ahora había que usar los pies para pulsar unos pads en una plataforma sobre la que se coloca el juegador.

El éxito del juego radica en gran parte en la espectacularidad que los mejores jugadores supieron dar al juego, con moviemientos que no se quedaban solo en los meramente necesarios para avanzar en el juego, sino en verdaderas coreografías complejas.


En la misma linea, en años sucesivos Konami lanza Guitar Freaks (1999), DrumMania (1999), KeyboardMania (2000) y Para Para Paradise (2000).

Esta última se basa también en patrones, pero realizados esta vez con las manos y los brazos. Es tal el éxito de esta máquina en japón, que se organizan multitud de eventos y concursos en televisión centrados en él.


Durante la primera década del sigo XXI multitud de versiones y remixes de estos juegos fueron apareciendo. Hoy día los juegos musicales siguen teniendo un lugar destacado en los recreativos orientales, con recientes lanzamientos de nuevos modelos, como Taiko No Tatsujin, de Namco (2011).


En algunos casos, las tecnologías desarrolladas para las consolas actuales han sido adaptadas también a las arcades. Es el caso por ejemplo de la tecnología Kinect de la XBOX360, presente en la Dance Evolution Arcade de Konami, lanzada en 2012.



Internet ha llegado también a las máquinas arcade. En 2010 Sega lanza las tarjetas AIME. Estas tarjetas permiten identificar a un usuario en cualquier máquina arcade que use el sistema AIME, de manera que es posible almacenar online puntuaciones, nivel del jugador, configuraciones, etc y así mantener un histórico y personalizar la experiencia de juego.



Un ejemplo de máquinas que utilizan este sistema son las MaiMai, que llevan los patrones musicales a una pantalla circular.


Las últimas novedades nos sorprenden con formatos novedosos como los Pods con pantallas panorámicas usados en juegos como Mobile Suit Gundam o Star Wars Battle Pod, ambas de Bandai-Namco




Cuarenta años han pasado desde los inicios de los videojuegos y las primeras máquinas arcade y los niños y adolescentes de los 70 y los 80 recordamos con añoranza los buenos ratos que solíamos pasar en los recreativos, no solo jugando, sino pasando el rato con nuestros amigos.

Esa nostalgia que hemos podido revivir parcialmente a través de MAME y otros emuladores que ahora tenemos a nuestra disposición es la misma que ha propiciado el nacimiento de un movimiento que cada vez tiene más peso: recuperar los videojuegos clasicos.

Internet ha propiciado que muchos entusiastas amantes de los juegos clásicos, con acción inmediata y un alto grado de dificultad, se vuelquen en un ejercicio de recuperación de aquellas viejas glorias.

En 2004 se abrió el primer Barcade, mezcla de Bar y Arcade, al que siguieron otros lugares similares como el 1UP (2011) en Estados Unidos o el  TonTon Club XL en Amsterdam. Este modelo de negocio es el que ha surgido como alternativa al viejo modelo arcade. Los barcades usan los juegos para atraer a los clientes, y se obtiene la rentabilidad a través del consumo de bebida y recuperan el ambiente social que tradicionalmente existía en los recreativos de toda la vida.
En los últimos años se han sucedido una gran variedad de películas/documentales como The King of Kong, Chasing Ghosts Beyond the Arcade (2007) o The Video Craze (2013).



El auge de los móviles ha propiciado un resurgir de juegos de mecánica arcade, con partidas rápidas y reglas simples, más que las largas aventuras a las que últimamente nos tienen acostumbradas las consolas de última generación.

Todo esto, barcades, documentales, resurgir de los juegos clásicos, no es más que la evidencia de que los buenos juegos clásicos siguen siendo divertidos, pese a las limitaciones técnicas que los desarrolladores se encontraban entonces, en comparación con el despliegue de medios de los juegos actuales.



Arcade Vintage no es sino otra muestra de ello. Nuestra generación fue la única que disfrutó de los recreativos en su forma original. Las máquinas arcade se están volviendo a recuperar, restaurando y salvando todo lo que se puede, con la intención de dejar un legado a nuestros hijos y futuras generaciones.

Nuestro sueño es que ellos puedan disfrutar como lo hicimos nosotros de todos aquellos buenos ratos que tuvimos la suerte de poder vivir en nuestra infancia y adolescencia.









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