11 noviembre 2014

Los Recreativos Pinilla

Me estreno en esto del bloguerío hablando de unos recreativos pequeños, apartados y probablemente desconocidos para  muchos. Son, sin embargo, los que me engancharon hace ya muchos años a esta afición que compartimos y que sitios como Arcade Vintage están ayudando a recuperar.

Durante muchos años, mis fines de semana y mis veranos trascurrieron en una de las primeras urbanizaciones del enorme complejo urbanístico que es ahora Gran Alacant, en Santa Pola. Me refiero a los años en los que podías contar las urbanizaciones con los dedos de una mano, los del "Un, Dos,Tres..." regalaban apartamentos de la zona y podías jugar entre los pinos que cubrían aún las montañas de Santa Pola.

Y en un rincón de una de las urbanizaciones, un día aparecieron... los recreativos Pinilla. Con apenas espacio para 10-15 máquinas además del futbolín y mesa de billar centrales, se convirtió en seguida en el punto neurálgico de reunión de todos los niños y no tan niños de la zona.






El salón estaba regentado por el mismísimo señor Pinilla, que parecía sacado del "Manual de empleado de recreativos". De una cierta edad ya, serio y un poco malhumorado cuando nos quejábamos de que la máquina se había tragado alguna moneda...

Como muchos de la época, mis ingresos eran insignificantes y aunque en cuanto tenía ocasión me jugaba alguna partida, la falta de práctica por un lado y la emoción de estar a los mandos de una de aquellas maravillas hacían que el tiempo de juego se esfumara más rápido que Forrest Gump en los Sanfermines.

Así que muchas de mis horas allí transcurrieron de mirón, horas que para mí fueron tanto de diversión como de aprendizaje, para conocer los mejores trucos que me permitieran avanzar un poco más en la máquina del momento...

Cada uno de nosotros tiene en su recuerdo aquellas máquinas que marcaron una determinada época. De entonces son para mí el Bubble Bobble, el R-Type, el Out Run, Black Tiger, City Connection, Shaolin's Road, Moon Cresta, Galaxian, Shinobi... Y muchas otras que se quedan en el tintero.

Out Run

City Connection

Pero lo mejor no eran las máquinas. Lo mejor era el ambiente de ocio y de estar con los amigos en ese lugar especial, compartiendo comentarios sobre lo que ocurría allí, ajeno a problemas y responsabilidades.

Hace poco tuve ocasión de revivir aquel sentimiento al traspasar esa puerta del tiempo que es el salón de Arcade Vintage. Y los recuerdos se agolpaban en mi cabeza al ir descubriendo que algunas de esas joyas estaban allí, vivas, y pidiendo que jugaran con ellas.

Y de nuevo encontré amigos con los que compartir esos ratos especiales.

Y me sentí un poco niño de nuevo.

¿Alguno de vosotros conoció esos recreativos?


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